En su funcionamiento bajo el esquema y diagrama que se adjunta se pueden diferenciar dos
circuitos de circulación de aire en contracorriente:
El aire ambiente exterior que se pretende climatizar es primeramente secado en una rueda
desecante, después es enfriado con una rueda de recuperación de calor sensible que
aprovecha la menor temperatura del aire de expulsión del interior del edificio,
posteriormente pasa por un enfriador evaporativo donde el aire se enfría y humidifica a las
condiciones de entrada al local a acondicionar.
El aire que se extrae del local se humidifica para bajar su temperatura y conseguir un
adecuado intercambio en el recuperador, donde se calienta, posteriormente se vuelve a
calentar hasta las condiciones necesarias para regenerar la rueda desecante y eliminando la
humedad que se absorbió en la corriente de entrada.
Figura 122: Esquema y diagrama de funcionamiento de un sistema desecante
El proceso utiliza los materiales desecantes que se incorporan en la rueda. Estos materiales deben
ser químicamente inertes y térmicamente estables, deben tener una gran superficie de adsorción
y ser fácilmente regenerables. Los más utilizados son gel de sílice, zeolita, carbón activado y
alúmina activa.
Son sistemas utilizables en climatización donde las temperaturas del aire tratado no sean
inferiores a 15ºC. Tienen la ventaja de hacer un tratamiento de la carga sensible y latente de
forma independiente. Funcionan a partir de temperaturas de regeneración de entre 50 y 60ºC. Es
necesario un control preciso de las condiciones de funcionamiento.
12.2.4 Comparación entre las diferentes tecnologías
Se resumen en la siguiente tabla algunas características comparativas de los tres sistemas:
12. SISTEMAS DE REFRIGERACIÓN SOLAR
Guías IDAE
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