•
Siempre deben utilizarse prótesis de prueba para realizar las pruebas. En las pruebas no
deben utilizarse componentes diseñados para el implante permanente. Las pruebas deben
ser del mismo tamaño y configuración que los componentes que se implantarán de forma
permanente.
•
No altere ni modifique los implantes de ningún modo.
•
Evite realizar múltiples perforaciones en la tibia proximal dado que podría afectar a la
resistencia a la compresión de la tibia.
NOTA: Los dispositivos de un solo uso de DePuy no han sido diseñados para tolerar ni
someterse a ningún tipo de alteración, tales como su desmontaje, limpieza o reesterilización,
después de su uso en un solo paciente. La reutilización puede afectar al funcionamiento del
dispositivo y a la seguridad del paciente.
PRECAUCIÓN: Las circunstancias siguientes, de manera individual o simultánea, suelen
imponer cargas intensas sobre la extremidad afectada, con lo cual se expone al paciente a un
riesgo más alto de que fracase la artroplastia de rodilla:
1.
Obesidad o sobrepeso del paciente.
2.
Trabajo manual.
3.
Participación en deportes activos.
4.
Altos niveles de actividad del paciente.
5.
Probabilidad de sufrir caídas.
6.
Adicción al alcohol o a las drogas.
7.
Otras discapacidades, según proceda.
Además de lo anterior, las siguientes afecciones físicas, de manera individual o simultánea, suelen
afectar adversamente a la fijación de los implantes de artroplastia de rodilla:
1.
Osteoporosis marcada o reserva ósea insuficiente.
2.
Afecciones metabólicas o tratamientos farmacológicos sistémicos que conduzcan a un
deterioro progresivo de la base ósea de apoyo para el implante (por ejemplo, diabetes
mellitus, terapias con esteroides, terapias inmunosupresoras, etc.).
3.
Historial de infecciones generalizadas o localizadas.
4.
Deformidades graves que afecten a la fijación o al correcto posicionamiento del implante.
5.
Tumores de las estructuras óseas de apoyo.
6.
Reacciones alérgicas a los materiales del implante (por ejemplo, al cemento óseo, al metal
o al polietileno).
7.
Reacciones tisulares a la corrosión o a residuos de desgaste del implante.
8.
Discapacidades de otras articulaciones (por ejemplo, caderas o tobillos).
Se ha observado mayor incidencia de fracaso del implante en parapléjicos y en pacientes con
parálisis cerebral o enfermedad de Parkinson.
Si el cirujano determina que la artroplastia de rodilla es la mejor opción médica disponible y
decide utilizar esta prótesis en un paciente que presenta cualquiera de las afecciones o
circunstancias antedichas o que simplemente es demasiado joven y activo, es imperativo que
se informe al paciente sobre las limitaciones de resistencia de los materiales utilizados en el
dispositivo y su fijación, y la consecuente necesidad de reducir considerablemente o eliminar
cualquiera de las circunstancias antedichas.
El control quirúrgico y posoperatorio del paciente debe llevarse a cabo teniendo en cuenta
todas las circunstancias existentes. Los trastornos o actitudes mentales que provoquen que el
paciente no siga las indicaciones del cirujano pueden retrasar la recuperación posoperatoria o
aumentar el riesgo de efectos adversos, incluido el fracaso del implante o de su fijación.
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