220
Conducción y medio ambiente
superior cuando alcance unas 2.000 revoluciones. La elección de la marcha
correcta permite ahorrar combustible. Seleccione la marcha más larga posi-
ble adecuada a la situación de marcha (el motor debe seguir funcionando
con regularidad cíclica).
Cambio automático: acelere paulatinamente y sin alcanzar la posición
"kick-down".
Evitar pisar el acelerador a fondo
Evite, en la medida de lo posible, agotar la velocidad máxima de su vehícu-
lo. El consumo de combustible, la emisión de gases nocivos y la contamina-
ción acústica se multiplican de forma desproporcionada a medida que au-
menta la velocidad. Conduciendo a menor velocidad se ahorra combustible.
Reducir el ralentí
En vehículos con sistema Start-Stop el ralentí se reduce automáticamente.
En vehículos sin sistema Start-Stop merece la pena apagar el motor, por
ejemplo, en pasos a nivel y semáforos que permanezcan mucho tiempo en
rojo. Cuando un motor ya ha alcanzado su temperatura de servicio, y en fun-
ción de la cilindrada, mantenerlo apagado a partir de unos 5 segundos ya
ahorra más cantidad de combustible que la necesaria para volver a ponerlo
en marcha.
En ralentí, el motor necesita mucho tiempo para calentarse. A esto se añade
que en la fase de calentamiento el desgaste y la emisión de gases contami-
nantes son especialmente altos. Por este motivo el vehículo debería poner-
se en marcha inmediatamente después de arrancar. Al hacerlo, evite un ré-
gimen de revoluciones alto.
Mantenimiento regular
Los trabajos de mantenimiento realizados de forma regular son un requisito
para ahorrar combustible ya antes de iniciar la marcha. Los trabajos de
mantenimiento en su vehículo no redundan sólo en una mayor seguridad al
conducir y en un mantenimiento del valor del vehículo, sino también en una
reducción del consumo de combustible. Una mala puesta a punto del motor
puede suponer un aumento del consumo de combustible de hasta un 10%.
Evitar trayectos cortos
El motor y el catalizador deben alcanzar su temperatura de servicio óptima
para reducir de forma efectiva el consumo y las emisiones de gases conta-
minantes.
El motor en frío consume una cantidad desproporcionada de combustible.
Hace falta un recorrido de unos 4 kilómetros para que el motor se caliente y
el consumo se normalice.
Controlar la presión de los neumáticos
Asegúrese siempre de llevar los neumáticos a la presión adecuada
⇒ p ágina 256 para ahorrar combustible. Si la presión es de medio bar por
debajo, el consumo de combustible puede incrementarse en un 5%. Ade-
más, una presión insuficiente en los neumáticos hace que el desgaste de
los mismos sea mayor, pues aumenta la resistencia a la rodadura y el com-
portamiento de marcha empeora.
No conduzca todo el año con los neumáticos de invierno, ya que esto hace
que el consumo de combustible aumente hasta un 10%.
Evite transportar carga innecesaria
Dado que cada kilo de peso que se transporta de más hace que el consumo
de combustible aumente, se recomienda echar siempre un vistazo al male-
tero para evitar la carga innecesaria.
Puesto que la baca incrementa la resistencia aerodinámica del vehículo, de-
bería desmontarla cuando no la necesite. Con ello ahorrará, a una velocidad
de 100-120 km/h, un 12% de combustible.
Ahorrar energía eléctrica
El motor impulsa el alternador, generando con ello electricidad. ¡Ello impli-
ca que un aumento de consumo eléctrico incrementa también el consumo
de combustible! Desconecte por este motivo aquellos dispositivos eléctri-
cos que no precise. Dispositivos que gastan mucho son, por ejemplo, el
ventilador a alta velocidad, la calefacción de la luneta o la calefacción de
los asientos*.