La gasolina es un elemento muy volátil. Esta propiedad provoca que, en el depósito de
carburante del automóvil, se formen gases procedentes de la vaporización de la gasolina. Estos
vapores se liberarán hacia la atmósfera a través del respiradero del depósito y, como hidrocarburos
(HC) que son, la contaminarán.
Para eliminar las emisiones de estos vapores de la gasolina, se utiliza un circuito
anti-evaporación que basa su funcionamiento en la acción de un depósito de carbón activo, conocido
también como cánister.
Los vehículos provistos de circuito anti-evaporación disponen de un depósito de combustible
sin toma de aire hacia el exterior. En su lugar se monta un conducto que, mediante la ayuda de una
válvula anti-retorno dirige los vapores de la gasolina hacia el cánister que los absorbe y retiene. Del
cánister sale otro conducto que se comunica con el colector de admisión, a través de una válvula
mecánica o eléctrica, cuyo accionamiento lo efectúa la unidad de mando electrónica del sistema de
inyección. En función del programa interno de esta unidad de control, la válvula es abierta y cerrada.
Cuando se abre, el motor absorbe los vapores acumulados en el cánister y los combustiona. A
continuación, los gases quemados pasan a través del catalizador para descontaminarse totalmente.
1. Colector de admisión
2. Válvula de tres vías
3. Válvula unidireccional de ventilación
4. Filtro de carbón activo
5. Válvula interceptadora de vapores de ralentí
ELIMINACIÓN VAPORES GASOLINA
6. Válvula anti-inclinación
7. Válvula de equilibrado y seguridad
8. Separador de líquido/vapores de gasolina
9. Depósito de combustible
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MANUAL DE INSTRUCCIONES