No se introduzca los congelados (hielo, cubitos, etc.) sacados del congelador di-
rectamente en la boca: la baja temperatura puede causar dolorosas quemadu-
ras.
Guarde los alimentos en platos o envases adecuados.
Distribuya los alimentos uniformemente por todo el aparato. No olvide que los
alimentos no deben estar en contacto con la pared posterior de la cámara frigo-
rífica, pues puede producirse escarcha o humedad.
No coloque en la cámara frigorífica loza con comida caliente, ya que la loza po-
dría reventar.
Guarde bien envueltos o en recipientes herméticos los alimentos que toman fá-
cilmente olores extraños, como, p. ej., la mantequilla, la leche, el requesón, y
aquellos que desprenden un olor intenso, como, p. ej., el pescado, los ahumados
o el queso.
Los alimentos deben almacenarse en su correspondiente zona frigorífica, según
su tipo y sensibilidad.
El almacenamiento de las verduras, con un alto contenido de agua, ocasiona
condensación de vapor de agua por encima de los envases de las verduras. No
obstante, esto no afecta al debido funcionamiento de la cámara frigorífica.
Deje secar bien las verduras antes de meterlas en la cámara frigorífica. Un alto
contenido de agua en las verduras (p. ej., verduras de hojas, pepinos) reduce el
tiempo de conservación.
¡ATENCIÓN!
¡Peligro de daños materiales!
Daños en el aparato por no tratar adecuadamente las
superficies delicadas del aparato.
El aceite y la grasa no deben entrar nunca en contac-
to con los componentes de plástico o la junta de la
puerta, para evitar que la superficie se haga porosa y
quebradiza.
No utilice en ningún caso productos de limpieza que
sean corrosivos, abrasivos o granulosos, o que con-
tengan ácido acético, carbonato de sodio o disolven-
tes, Esto podría dañar las superficies.
8.5. Congelación de alimentos
Casi todos los alimentos pueden congelarse, salvo las verduras que se consumen
en crudo, como, p. ej., la lechuga.
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