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Cuidado y limpieza del vehículo
Después del lavado, enjuague el vehículo a fondo y, a continuación, séque-
lo con una gamuza.
Lavado con aparatos de alta presión
Si lava el vehículo con un aparato de limpieza a alta presión debe seguir sin
falta las instrucciones de uso del aparato. Esto es especialmente válido en
lo que se refiere a la presión y la distancia del eyector desde la superficie
del vehículo. Mantenga una distancia suficiente desde los sensores del sis-
tema del aparcamiento asistido y de los materiales blandos como mangue-
ras de caucho o material aislante.
ATENCIÓN
¡No utilice en ningún caso eyectores de chorro cilíndricos o las llamadas
"boquillas rotativas"!
CUIDADO
La temperatura del agua de lavado debe ser, como máximo +60 °C
(+140 °F) – peligro de daño en el vehículo.
Conservación y pulimento de la pintura del vehículo
Conservación
Una buena conservación protege en gran medida la superficie del vehículo
de las influencias medioambientales nocivas.
El vehículo habrá que tratarlo con un conservante de cera dura de alta cali-
dad, a más tardar, cuando sobre la pintura limpia ya no se formen gotas.
La nueva capa de cera dura de alta calidad se puede aplicar sobre la super-
ficie pintada limpia tan sólo cuando ésta se haya secado por completo.
Aunque se utilicen periódicamente conservantes de lavado, le recomenda-
mos que proteja la pintura del vehículo con cera dura por lo menos dos ve-
ces al año.
Pulimento
Sólo en el caso de que la pintura del vehículo haya perdido su brillo y si és-
te no se puede restablecer utilizando los productos de conservación norma-
les, se deberá pulir el vehículo.
Cuando el pulimento aplicado no tenga componentes conservantes, se de-
berá tratar seguidamente la pintura con cera.
CUIDADO
● Nunca encere los cristales.
● Las piezas con pintura mate o las piezas de plástico no se deben tratar
con abrillantadores ni con cera dura.
● Evite aplicar el pulimento a la pintura del vehículo en zonas próximas a
arena o polvo.
Limpieza de los cromados
Limpie los cromados primero con un paño limpio y, a continuación, abrillán-
telos con un paño suave seco. Si, de este modo, los cromados no quedan
bien limpios, utilice un producto especial para de cromados.
CUIDADO
No abrillante los cromados en un entorno polvoriento; de lo contrario, po-
drían sufrir rascaduras.