Idiomas disponibles
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Antes de comenzar la investigación en el campo de la tecnología láser,
se dedicó a la práctica quirúrgica con especialización en traumatología y
cirugía de reconstrucción vascular durante veinticinco años.
En el último cuarto de siglo, el Dr. Kahn ha reunido a un innovador
equipo de científicos, profesionales clínicos y especialistas en software y
electrofotónica para establecer estándares y fomentar los avances en el
campo de la «medicina láser».
Durante sus primeros diez años, la empresa estuvo radicada en la
Universidad de Ryerson, en Toronto, Canadá, donde desarrolló y verificó
sus conceptos iniciales.
El Dr. Kahn ha publicado cuatro textos acerca de la medicina láser, además
de numerosos artículos relacionados con su tecnología emergente, y,
como resultado de este proceso, se ha convertido en un líder reconocido
en este campo.
Información básica del sistema
BIOFLEX
120 es un sistema de terapia de alto desempeño que es asequible,
®
rentable y fácil de utilizar. La unidad de control, con diseño ergonómico,
se conecta a un aparato de tratamiento flexible para proporcionar una
secuencia patentada de fototerapia con luz roja e infrarroja a los tejidos
lesionados o enfermos en forma automática.
Se han creado protocolos basados en investigaciones y probados en el
ámbito clínico para doce regiones anatómicas, que abarcan una gran
cantidad de problemas médicos. Los protocolos cuentan con cuatro
etapas disponibles para tratar cada zona.
Gracias a su composición suave y flexible, el aparato de tratamiento se
adapta fácilmente a las configuraciones de la zona anatómica en la cual
se aplica.
Cada tratamiento se inicia mediante la emisión de un flujo de luz roja,
seguido automáticamente por luz infrarroja. Esta última no es visible para
el ojo humano.
Cuando se completa el tratamiento, se emite un sonido para confirmar la
finalización.
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Planificación de los tratamientos
La fototerapia es más eficaz cuando el aparato de tratamiento se coloca
firmemente sobre la dermis y directamente sobre el punto focal del dolor.
El 60 % del tiempo de tratamiento, tanto con luz roja como infrarroja,
debe dedicarse a esa región general. En el tiempo restante, el tratamiento
puede extenderse en forma más amplia a las zonas adyacentes y, de ser
posible, a la región opuesta al foco del dolor. De esta forma, se garantiza
que la transmisión de todo el tratamiento se dirija tanto a las capas de
tejido superficiales como a las más profundas de la zona en cuestión.
Etapas del tratamiento
Hay cuatro etapas preprogramadas para cada una de las doce zonas de
tratamiento representadas en la unidad de control. Cada etapa presenta
protocolos específicos diseñados para tratar esa zona o afección.
Inicialmente debe utilizarse la etapa 1, y la etapa 2 puede no ser necesaria
si el tratamiento resulta eficaz.
En general, el tratamiento se aplica una vez por día durante los primeros
cuatro o cinco días. Si no se observa una mejora significativa después de
cinco sesiones de tratamiento o más, se puede pasar a la etapa 2. Después
de una cantidad de sesiones similar o incluso mayor, se puede avanzar a la
etapa 3 y, posteriormente, según la indicación clínica, a la etapa 4.
Variaciones en la frecuencia de aplicación
En algunos casos, en especial si el dolor es agudo, pueden aplicarse
dos sesiones de tratamiento en secuencia, o se puede administrar el
tratamiento dos veces al día durante cuatro días o más, dejando entre
ocho y diez horas entre sesiones. Se debe evitar aplicar el tratamiento más
de dos veces en un período de 24 horas.
A medida que los síntomas disminuyan con la continuación del
tratamiento, se puede reducir la frecuencia de las sesiones gradualmente.
Muchas veces, seguir con el tratamiento una o dos veces por semana es
suficiente para continuar el proceso de curación y evitar la reaparición de
los síntomas. Una vez que los síntomas hayan desaparecido por completo,
puede ser beneficioso administrar un tratamiento de mantenimiento en
forma ocasional.
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