Vibraciones o ruidos.
Pueden oírse ruidos como si un líquido fluyera, se pulverizara, etc.
El frigorífico emite silbidos.
Condensación en las paredes interiores del frigorífico.
Hay humedad en el exterior del frigorífico o entre las puertas.
Mal olor en el interior del frigorífico.
La puerta no cierra.
Los cajones están atascados.