8. Buenos hábitos de seguridad
DESARROLLE Y PRACTIQUE UN PLAN DE ESCAPE
• Dibuje un plano del piso indicando todas las puertas y ventanas y, al menos,
dos (2) rutas de escape desde cada habitación. En las ventanas del segundo
piso es posible que se necesite una cuerda o una escalera de cadena.
• Reúna a la familia y plantee su plan de escape mostrándole a todos qué
deben hacer en caso de incendio.
• Determine un lugar fuera de la casa donde todos puedan reunirse en caso
de que ocurra un incendio.
• Haga que todos se familiaricen con el sonido de la alarma de humo y
entrénelos para dejar la casa cuando la escuchen.
• Practique un simulacro de incendio al menos cada seis meses, incluso simu-
lacros de noche. Asegúrese de que los niños pequeños escuchen la alarma y
que se despierten cuando esta suene. Deberán despertarse para poder eje-
cutar el plan de escape. Esta práctica les permite a todos los ocupantes pro-
bar el plan antes de una emergencia. Es posible que usted no pueda llegar
a donde están sus hijos. Es importante que sepan lo que deben hacer.
• Instale y mantenga extintores de incendios en cada nivel de la casa y en la
cocina, en el sótano y en el garaje. Deberá saber cómo utilizar un extintor
de incendios antes de una emergencia.
• Estudios recientes demostraron que es posible que las alarmas de las alar-
mas de humo no despierten a todas las personas dormidas y que es respon-
sabilidad de los residentes del hogar que tienen la capacidad de asistir a
otros brindar ayuda a aquellos que no se hayan despertado con el sonido
de la alarma, o a aquellos que no tienen la capacidad de evacuar el área de
manera segura sin la asistencia de otra persona.
• Existen situaciones en las que una alarma de humo no puede proporcionar
una protección efectiva contra incendios, como lo indica la NFPA y la UL.
Por ejemplo:
– Fumar en la cama.
– Dejar a los niños sin supervisión.
– Limpiar con líquidos inflamables como gasolina.
– Incendios donde la víctima está en contacto directo con incendios inicia-
dos por combustión; por ejemplo: cuando la ropa de la persona se incen-
dia mientras está cocinando.
– Incendios donde el humo no logra llegar al detector por causa de una
puerta cerrada o alguna otra obstrucción.
– Fuegos incendiarios donde la llamarada crece tan rápidamente que la sal-
ida de un ocupante queda bloqueada, incluso con detectores debida-
mente ubicados.