Los principales beneficios que se derivan de la práctica regular y correcta de la
actividad aeróbica son:
• Mejora el bienestar y la forma física y repercute positivamente sobre el humor
y la autoestima.
• Mejora la capacidad de esfuerzo, incluso en la vida diaria, por ejemplo, subir
las escaleras de casa o la oficina sin sentir cansancio.
• Modifica la composición corporal, reduce el porcentaje de masa grasa y
aumenta la masa muscular.
• Consumo de un mayor número de calorías durante la jornada, un factor muy
importante para mantener estable o reducir el peso corporal. Es importante
señalar que, haciendo ejercicio en la cinta de correr, se consumen más calorías
que en otros equipos y se obtienen mejores resultados de adelgazamiento.
• Regulación de los valores de presión arterial, gracias a la tonificación de las
paredes de los vasos sanguíneos.
• Equilibrio lipídico, se reducen los triglicéridos y el colesterol y, en
consecuencia, disminuye la tendencia a la arteriosclerosis.
La práctica regular de actividad física afecta de modo positivo a la presión arterial,
al colesterol, al corazón y los vasos sanguíneos y a la capacidad de metabolizar
las grasas y los hidratos de carbono. Por tanto, disminuye el riesgo de contraer
enfermedades relacionadas con el corazón mejorando la calidad de vida.
Para que el ejercicio aeróbico sea beneficioso, es necesario practicarlo
regularmente, con intensidad moderada y durante un periodo de tiempo de al
menos 20 minutos.
La actividad aeróbica debería practicarse de 3 a 5 veces por semana, durante
periodos de tiempo de 20 a 50 minutos por vez y con una intensidad entre el 60
y el 80% de la FC máx. teórica (apartado 3.2).
3.1 Importancia y beneficios del ejercicio físico
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