1.4. LA LUZ Y LA SALUD
Nuestro funcionamiento diario varía en línea
con las 24 horas del día. Esta variación circadia-
na (de circa, cerca, y dies, día) se debe a nuestro
reloj biológico interno, que recibe las pistas para
su temporalización del ciclo externo luz-oscuri-
dad. Si el reloj biológico está bien sincronizado,
este ayuda a regular el ánimo, el sueño, la ener-
gía, el apetito y la digestión, además de asegu-
rar nuestro bienestar. En ocasiones, este reloj
interno se desajusta por razones externas, por
ejemplo tras realizar un viaje de larga distancia o
por trabajar en turnos nocturnos, lo que puede
provocar problemas de salud.
Existen muchos factores, presentes en nues-
tro día a día, que contribuyen a reducir la capa-
cidad del reloj biológico interno para mantener-
se debidamente sincronizado con el entorno
exterior. Los seres humanos ya no trabajamos
de manera regular desde el alba hasta el ano-
checer: hoy día muchas personas tienen turnos
de trabajo con un número de horas irregular o
se tienen que adaptar a constantes cambios de
turno, o incluso realizan viajes de larga distancia
que implican el paso por diferentes zonas ho-
rarias. Es más, los sistemas de iluminación eléc-
trica modernos permiten extender la actividad
humana hasta bien entrada la noche.
Mediante la exposición a la luz brillante, que
se regula según las necesidades individuales,
todos estos factores se pueden equilibrar. Para
obtener más información sobre el modo de em-
pleo de este dispositivo con el objetivo de incre-
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