• Para estructuras inestables como por ejemplo, paredes torácicas inestables o fascias dañadas,
se recomienda más la presión negativa continua que la presión negativa intermitente. Esto
ayuda a reducir el movimiento y estabilizar el lecho de la herida. Por lo general, el tratamiento
de presión negativa continua es más recomendable para pacientes con un elevado riesgo de
sufrir hemorragias, para heridas con fístulas entéricas exudativas o agudas, así como para
injertos y trasplantes recién practicados.
• En el apósito puede acumularse exudado o sangre de la misma. Esto puede provocar mace-
ración, infección o una hemorragia no detectada. Por ello, revise el apósito de la herida con
regularidad. Los intervalos en los que debe revisar y cambiar el apósito dependen del pacien-
te y de la herida. Tenga en cuenta las indicaciones del médico responsable del tratamiento.
• El dispositivo no es capaz de detectar obstrucciones en el apósito, obstrucciones parciales en
el sistema de tubos ni fugas mínimas. En estos casos el dispositivo indica capacidad de fun-
cionamiento aunque en la herida no haya ninguna presión negativa o esta presión sea insufi-
ciente. Por ello, revise el apósito de la herida con regularidad. Los intervalos en los que debe
revisar y cambiar el apósito dependen del paciente y de la herida. Tenga en cuenta las indica-
ciones del médico responsable del tratamiento.
• Dependiendo de la presión negativa elegida, la localización y el recorrido de la manguera, una
columna de secreción en la manguera puede usar la presión negativa de la herida y no corres-
ponder al valor seleccionado. Por lo tanto coloque siempre la bomba al mismo nivel o más
debajo del paciente.
• Para valores de presión negativa menor o igual a 50 mmHg no se puedan detectar posibles
bloqueos de la manguera. Compruebe el vendaje de la herida y el sistema completo de la
manguera a intervalos regulares! La frecuencia con la que el vendaje y todo el sistema de
manguera debe ser verificado depende de cada paciente. Tenga en cuenta las indicaciones del
médico responsable del tratamiento.
• Si ha conectado dos heridas al dispositivo a través del conector en Y, tenga en cuenta la si-
guiente información:
- Las heridas que se han conectado a la unidad de presión negativa a través de un conector
en Y deben ser revisadas regularmente por personal médico especializado.
- El dispositivo solo detecta fugas y obstrucciones si surgen en el tubo entre la unidad y el
conector en Y o en ambos tubos a la vez entre el conector en Y y las heridas.
- Si la fuga o la obstrucción surgen únicamente en uno de los dos tubos entre el conector Y y
las heridas, el dispositivo no lo detecta. No emitirá la señal de advertencia acústica y visual.
Por ello, el personal especializado debe comprobar la presión negativa en la herida y ase-
gurarse de que no hay obstrucciones en el tubo de exudado.
• Evite el riesgo de que el tubo se obstruya o desplace comprobando regularmente si hay fugas
o acodamientos en el sistema de tubos y sus conexiones.
• El usuario debe tener un buen acceso al tablero de mando.
• Únicamente el personal médico especializado debe realizar modificaciones de los ajustes de
terapia en el dispositivo.
• Antes de encender el equipo el usuario debe controlar el correcto funcionamiento de los avi-
sos visuales y acústicos.
• Evite que el dispositivo se caiga al suelo. Si el equipo sufre una caída, notifíquelo al Servicio
ATMOS o un servicio autorizado.
• Cambio de apósitos: Observe el manual de instrucciones del correspondiente kit de apósitos
utilizado.
• Con el fin de asegurar un funcionamiento de la unidad de presión negativa sin interferencias,
controle regularmente el nivel de llenado del depósito de secreciones. Si se alcanza el nivel
máximo de llenado, cambie el depósito de secreciones por otro nuevo.
• La presión negativa configurada nunca deberá resultar dolorosa. Si el paciente refiere males-
tar, deberá considerarse la reducción de la presión negativa.
8