1. Ponga a la vista los brazos y las piernas del paciente para conectar las derivaciones
correspondientes.
2. Sitúe los electrodos en las partes planas y carnosas de los brazos y de las piernas.
3. Si no es posible conectar en un punto de la extremidad, sitúe los electrodos en una zona irrigada de
sangre del muñón.
4. Conecte los electrodos a la piel. Una prueba de la correcta adherencia, y por tanto de un buen
contacto consiste en dar un tirón suave al electrodo. Si el electrodo se desplaza libremente hay que
sustituirlo. Si el electrodo no se mueve fácilmente, se ha producido un buen contacto eléctrico.
Para un posicionamiento exacto y para monitorizar las derivaciones precordiales es importante localizar el
cuarto espacio intercostal. El cuarto espacio intercostal se determina localizando primero el primer espacio
intercostal. Dado que la conformación del paciente es muy variable, resulta difícil conseguir palpar de forma
precisa el primer espacio intercostal. Es aconsejable, por lo tanto, localizar el segundo espacio intercostal,
palpando primero la pequeña prominencia ósea llamada Ángulo de Lewis, donde el cuerpo del esternón se
une al manubrio. Esta prominencia del esternón identifica el punto de unión de la segunda costilla, y el
espacio siguiente bajo este es el segundo espacio intercostal. Palpe y cuente bajando a través del tronco
hasta que localice el cuarto espacio intercostal.
Figura de referencia para la conexión al paciente
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7.
REALIZACIÓN DE UN EXAMEN
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