El criterio ALARA
ALARA es el criterio guía para la utilización de la ecografía diagnóstica. Los ecografistas y otros
usuarios de equipos de ecografía cualificados, empleando su criterio profesional y su experiencia,
determinan el nivel de exposición más bajo que sea razonablemente posible. No hay normas
establecidas para dictaminar la respuesta correcta ante cada situación. El ecografista determina la
manera adecuada de mantener la exposición baja y los efectos biológicos en un nivel mínimo, y
obtener a la vez un examen diagnóstico.
Se requieren conocimientos profundos sobre los modos de imagen, la funcionalidad de los
transductores, la configuración del sistema y la técnica de exploración. El modo de imagen
determina la naturaleza del haz de ultrasonido. Un haz estacionario genera una exposición mayor
que un haz exploratorio, porque éste se dispersa sobre la zona de exposición. La funcionalidad de
los transductores depende de la frecuencia, la penetración, la resolución y el campo de observación.
Los valores predeterminados del sistema se restauran para cada nuevo paciente. Los valores del
sistema que se utilizan durante el examen vienen determinados por la técnica de exploración del
ecografista junto con la variabilidad del paciente.
Las variables que influyen en cómo el ecografista pone en práctica el criterio ALARA son: la estatura
y el peso del paciente, la posición del hueso respecto al punto focal, la atenuación en el cuerpo y el
tiempo de exposición al ultrasonido. Este último parámetro es una variable particularmente útil,
porque el ecografista puede controlarla. La limitación de la exposición en función del tiempo se
realiza según el criterio ALARA.
Aplicación del criterio ALARA
El modo de imagen seleccionado por el ecografista dependerá de la información de diagnóstico
que se desee obtener. El modo de imagen bidimensional proporciona información anatómica, las
imágenes DPC dan información acerca de la energía o de la fuerza de la amplitud de la señal
Doppler a lo largo del tiempo en una estructura anatómica dada y se utilizan para detectar la
presencia de flujo sanguíneo; las imágenes DDPC proporcionan información acerca de la energía o
la fuerza de la amplitud de la señal Doppler a lo largo del tiempo en una estructura anatómica dada
y se utilizan para detectar la presencia y dirección del flujo sanguíneo, y las imágenes armónicas
tisulares utilizan las frecuencias superiores recibidas para reducir las interferencias, los artefactos y
para mejorar la resolución de la imagen bidimensional. Como el ecografista entiende la naturaleza
del modo de imagen que utiliza, puede aplicar el criterio ALARA.
El uso prudente de la ecografía aconseja limitar la exposición del paciente al nivel de ultrasonido
más bajo durante el periodo de tiempo más breve posible necesario para lograr resultados
diagnósticos aceptables. Las decisiones que respaldan el uso prudente dependen del tipo de
paciente, tipo de examen, antecedentes del paciente, facilidad o dificultad para obtener información
de utilidad diagnóstica y el posible calentamiento localizado del paciente debido a la temperatura
de la superficie del transductor.
El sistema se ha diseñado pensando en garantizar que la temperatura en la cara del transductor no
supera los 41°C (106°F). En caso de un mal funcionamiento del dispositivo, existen controles por
duplicado que limitan la potencia del transductor. Esto se consigue con un diseño eléctrico que
limita la corriente y la tensión de alimentación del transductor.
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Capítulo 5: Seguridad