Encendido inicial
Una vez realizados los controles preliminares, es posible proceder con las siguientes maniobras de encendido:
1 Abrir la válvula de interceptación del combustible.
2 Regular los termostatos 4 y 5 (fig. 1) según el valor deseado.
3 Cerrar el interruptor aguas arriba de la caldera y el interruptor 6 (fig. 1) en el cuadro de mandos.
En este punto el quemador empieza a funcionar y la caldera a trabajar.
Después del encendido inicial
Después del primer encendido controlar que:
1 La puerta del quemador y de la cámara humos conserven perfectamente su estanqueidad. Si se provocan pérdidas de gas de combustión en la
portezuela, es necesario realizar ajustes en los correspondientes tornillos a fin de aumentar la presión de la junta en el plano de tope, en aquella zona
donde se ha detectado la pérdida.
2 El quemador funcione correctamente. Este control debe ser realizado con los correspondientes instrumentos y siguiendo las indicaciones del fabricante.
3 Los termostatos funcionen correctamente.
4 Que el agua circule en el equipo.
5 La evacuación de humos sea realizada completamente mediante la chimenea.
3.2 Regulaciones
Regulación del quemador
El rendimiento de la caldera y su correcto funcionamiento dependen sobre todo de la precisión realizada durante las calibraciones del quemador.
Seguir atentamente las instrucciones del correspondiente fabricante. Los quemadores de dos etapas deben tener la primera etapa regulada con una
potencia no inferior de la potencia mínima nominal de la caldera. La potencia de la segunda fase no debe ser superior de aquella nominal máxima de la
caldera.
3.3 Apagar
En caso de breves lapsos de parada es suficiente intervenir en interruptor 6 (fig. 1) en el cuadro de mandos.
En caso de largos períodos de parada, además de intervenir en el interruptor 6, es también obligatorio cerrar la válvula de interceptación del combustible.
3.4 Mantenimiento
A fin de obtener la máxima fiabilidad del equipo térmico y costes de servicio más económicos, es necesario efectuar la limpieza de la caldera
periódicamente; por obligación al menos una vez por año. El mantenimiento debe ser efectuado sólo por personal debidamente cualificado y capacitado.
A fin de evitar un funcionamiento irregular durante un largo período de tiempo se aconseja, como buena costumbre, controlar semanalmente el estado
interno de la caldera abriendo la portezuela delantera,. Durante esta operación se aconseja mover longitudinalmente todos los turbuladores a fin de impedir
que éstos queden bloqueados debido a los inevitables depósitos de hollín.
Limpieza de la caldera
1 Desenchufar la alimentación eléctrica de la caldera
3 Desenroscar las 2 tuercas (véase 2.6) y abrir la puerta.
4 Efectuar una esmerada limpieza de la tubería: abrir completamente la portezuela delantera de la caldera y extraer todos los turbuladores presentes en
tubos. Limpiar esmeradamente todos los tubos con un escobillón. Eliminar el depósito de hollín de la cámara humos trasera utilizando la puerta
correspondiente. Escobillar y raspar el hogar a fin de poder eliminar el azufre y otras sustancias sólidas que se hayan depositado en éste. Controlar las
boquillas y la posición del cabezal de combustión del quemador a fin de eliminar, si es que los hay, depósitos carbonosos residuales. Para la limpieza del
quemador, de todas maneras, consúltense las instrucciones entregadas por la empresa fabricante del mismo.
5 Finalmente, cerrar la puerta fijándola con su correspondiente perilla.
Desincrustar la caldera
Es extremamente importante, sobre todo en aquéllas zonas donde el agua es muy dura, prever a desincrustar periódicamente, o mejor aún, a
la anti-incrustación continua del equipo. Este tipo de operaciones periódicas o bien continuas son indispensables a fin de prolongar la vida útil
de la caldera y para preservarla de recalentamientos localizados de las chapa, de dilataciones diferenciadas o bien de notables saltos térmicos.
Se aconseja, por dichos motivos, realizar una esmerada desincrustación al máximo después de la primera temporada de funcionamiento. Esta
operación debe repetirse una vez terminada la temporada de calefacción. Si se efectúan desincrustaciones continuamente, es indispensable
emplear un producto seguro y absolutamente no corrosivo. Además es indispensable eliminar periódicamente los fangos que se depositan en
la caldera, aprovechando de la correspondiente juntura.
PREXTHERM N