¡Distribúyalos!
Sitúe los instrumentos de forma que dispongan de
espacio para "respirar" y asócielos de la forma
más musical con los otros instrumentos. A veces,
sin embargo, deseará deliberadamente panorami-
zar sonidos muy próximos entre sí, o incluso di-
rectamente uno encima de otro, a fin de dar énfa-
sis a su relación. No existen reglas infalibles. Nor-
malmente (pero esto no constituye una regla), el
bajo y la voz solista se sitúan en el centro, al igual
que el bombo si la batería está en estereofónico.
5-3. Ecualizar o no ecualizar
En general: cuanto menos, mejor. Existen numero-
sas situaciones en las que necesitará recortar cier-
tas gamas de frecuencias, pero utilice el refuerzo
con moderación y con precaución. El uso adecua-
do del ecualizador puede eliminar interferencias
entre instrumentos en una mezcla y dar al sonido
general una mayor definición. Una mala ecuali-
zación, casi siempre un mal refuerzo, suena sen-
cillamente terrible.
Para obtener una mezcla más clara,
recorte
Por ejemplo: los platillos tienen mucha energía en
las gamas de frecuencias medias y bajas; esa en-
ergía, de hecho, no se percibe como sonido musi-
cal pero puede mermar la claridad de otros instru-
mentos que operan en esas mismas gamas. Bási-
camente, puede reducir al máximo los graves en
los canales de platillos con el ecualizador sin que
se altere su sonido en la mezcla. Sin embargo
notará la diferencia, ya que la mezcla sonará más
"espaciosa" y los instrumentos que operan en las
frecuencias bajas tendrán mayor definición. Sor-
prendentemente, el piano tiene también unos ex-
tremos graves increíblemente potentes que se
pueden beneficiar de una ligera atenuación de las
bajas frecuencias; ello permitirá a los otros instru-
mentos, especialmente la batería y el bajo, traba-
jar más eficazmente. Naturalmente, no querrá ha-
cer esto si se trata de un solo de piano.
Lo contrario se aplica al bombo y al bajo: a
menudo, se puede atenuar el extremo agudo para
crear más espacio en la mezcla sin comprometer
el carácter de los instrumentos. Tendrá que utili-
zar su oído, ya que cada instrumento es diferente
y, por ejemplo, a veces deseará potenciar el
"chasquido" del bajo.
Refuerce con precaución
Si está tratando de crear efectos especiales o inus-
uales, siga adelante y refuerce todo lo que quiera.
Pero si se trata únicamente de conseguir una mez-
cla que suene bien, refuerce en incrementos muy
pequeños. Un ligero refuerzo en los medios pue-
de dar una mayor presencia a la voz, o un toque
de refuerzo en los agudos puede dar más "aire" a
ciertos instrumentos. Escuche y, si el sonido no es
claro y limpio, trate de recortar las frecuencias
que emborronan la mezcla en lugar de buscar
claridad en la mezcla reforzando frecuencias.
Uno de los mayores problemas que provoca un
exceso de refuerzo es que añade ganancia a la
señal, incremento del ruido y posiblemente sobre-
carga de los circuitos subsiguientes
Obtenga el máximo partido de su mesa de mezclas
5-4. Ambiente
La aplicación juiciosa de reverberación o retardo
a través de los buses AUX de la mesa de mezclas
puede realmente dar brillo a una mezcla pero, en
exceso, puede "desteñirla" y reducir la claridad
general. La forma en que se ajusta la reverbera-
ción puede suponer una enorme diferencia en la
forma en que se engrana con la mezcla.
Reverberación/retardo
Existen diferentes unidades de reverberación/re-
tardo que ofrecen diferentes capacidades, pero la
mayoría de ellas ofrecen algún medio de ajusta el
tiempo de reverberación. Dedicar un poco de
tiempo extra a adaptar el tiempo de reverberación
a la música que se está mezclando puede marcar
la diferencia entre un sonido superior y un sonido
meramente normal. El tiempo de reverberación
que escoja dependerá en gran medida del tempo
y la "densidad" de la mezcla en cuestión. Los
tempos lentos y las densidades bajas (mezclas di-
spersas con menos actividad sónica) pueden
sonar bien con tiempos de reverberación relativa-
mente largos. Sin embargo, los tiempos de rever-
beración largos pueden arruinar completamente
una pieza musical más rápida y activa. Estos mis-
mos principios se pueden aplicar al retardo.
Tono de reverberación
El grado de "brillo" u "opacidad" con el que sue-
na una reverberación tiene asimismo un efecto
enorme sobre el sonido de la mezcla. Las diferen-
tes unidades de reverberación ofrecen diferentes
medios de controlar este punto: balance entre los
tiempos de reverberación de frecuencia alta y ba-
ja, simple ecualización y otros. Una reverbera-
ción demasiado brillante no sólo sonará poco na-
tural, sino que probablemente interferirá con fre-
cuencias altas que son deseables para la mezcla.
Si percibe más reverberación de alta frecuencia
que detalle de la mezcla, trate de reducir el brillo
de la reverberación. Ello le permitirá obtener un
ambiente bien conformado sin comprometer la
claridad.
Nivel de reverberación
Resulta sorprendente lo rápido que el oído puede
perder perspectiva y engañar, haciendo creer que
una mezcla totalmente apagada suena perfecta-
mente bien. Para no caer en esta trampa, empiece
con el nivel de reverberación al mínimo; a conti-
nuación introduzca progresivamente reverbera-
ción en la mezcla justo hasta que note la diferen-
cia. Normalmente, todo lo que se añada a partir
de ahí se convertirá en un "efecto especial". No
es deseable que la reverberación domine la mezc-
la, salvo que se trate de crear el efecto de una
banda en una cueva, lo cual es un objetivo crea-
tivo perfectamente legítimo si eso es lo que se
desea.
MG16/4, MG12/4
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