Calentar y refrigerar con un solo sistema
3.8.2
Temperatura ambiente
No existe una temperatura ambiente determinada, p. ej. 20 °C,
que ofrezca perfecto confort. La sensación de confort depende
de muchos factores, especialmente de la temperatura media de
las
superficies
envolventes
calefacción, de la ropa y de la actividad que se esté
desempeñando. Estos datos de temperatura siempre se deben
relacionar con las condiciones medias existentes.
La temperatura considerada agradable del aire ambiental
depende en gran medida de la temperatura exterior. La Fig. 3.2,
pág. 15 indica la gama de temperaturas consideradas
agradables del aire ambiental. Por regla general al refrigerar un
local, la temperatura interior debe estar sólo entre 3 y 6 °C por
debajo de la temperatura exterior, de lo contrario se podría
producir un "choque de frío" al cambiar del exterior caliente al
interior frío (edificio enfermo). Al aumentar la temperatura
ambiente máxima admisible de acuerdo con la temperatura
exterior, las potencias máximas serán mucho más bajas.
3.8.3
Contenido de humedad del aire ambiental
El ser humano no percibe directamente la humedad del aire. Por
lo tanto, la sensación de confort se encuentra dentro de un
amplio margen que oscila aprox. entre 35% y 70% de humedad
relativa. La norma DIN 1946, hoja 2, fija el límite superior de la
humedad del aire en 11.5 g de agua por cada kg de aire seco,
siempre y cuando la humedad relativa no supere un 65 %. La
Fig. 3.3, pág. 15 indica los valores de humedad relativa que, en
relación con la temperatura del aire ambiental, proporcionan una
sensación de confort. Si la temperatura del aire ambiental es
baja, se admiten valores de humedad más altos debido a que la
superficie del cuerpo evapora menos humedad y no hay una
evacuación adicional de calor. En cambio, a altas temperaturas
del aire ambiental esta evacuación adicional de calor es
ventajosa, por lo tanto se pueden admitir valores de humedad
más bajos.
3.8.4
Circulación de aire en el local
También la circulación del aire influye sobre la sensación de
confort de las personas. Si la velocidad del aire es muy alta se
pueden formar corrientes de aire desagradables, especialmente
si la diferencia de temperatura es muy grande entre el aire
adicional insuflado y la temperatura del cuerpo, debido a que se
produce un mayor intercambio de calor. En este sentido, cabe
especificar qué partes del cuerpo entran en contacto con el aire
adicional insuflado. La nuca y los pies son especialmente
sensibles. Por lo tanto, se recomienda suministrar el aire
adicional en salas de espera y especialmente en salas de
conferencias de frente a las personas. En general, se deben
evitar velocidades del aire superiores a 0.2 m/s en las zonas de
permanencia. Utilizando refrigeración dinámica (p. ej. fancoils)
se debe observar que el coeficiente de cambio de aire (volumen
de caudal/volumen del local) se encuentre entre 3 y 5 y que, de
ser mayor, no supere el valor 10.
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incluyendo
los
paneles
de
Fig. 3.2:
Gama de temperaturas consideradas agradables
Fig. 3.3:
Confort en función de la humedad relativa y la temperatura del aire
ambiental
Fig. 3.4:
Gama de confort en función de la velocidad del aire y de la
temperatura del aire ambiental (humedad relativa del aire 30-70%,
temperatura de las superficies envolventes 19°-23°C)
3.8.4
15