Sección 4. ARRANCAR Y OPERAR SU VEHÍCULO
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Cuando usted esté conduciendo a través del agua, asegúrese de
que el motor funcione correctamente y de que el sistema de
dirección y frenado funcionen con normalidad. Usted deberá
cambiar a una marcha baja para conducir sin problemas a través
del agua y evitar así una depresión súbita del pedal del acelerador
o una conducción excesivamente rápida. Si lo hace así, podrá
evitar que el agua salpique el motor.
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Si mantiene pulsado el pedal del acelerador mientras conduce,
asegúrese de que el vehículo tenga una potencia adecuada y
estable. Usted deberá conducir por el camino sin interrupciones,
cambios de marchas, ni giros bruscos.
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Si el vehículo se para en el agua, nunca lo arranque
inmediatamente con el fin de evitar daños adicionales del motor. El
vehículo deberá ser remolcado a un lugar seguro en el que el agua
es poco profunda para revisar el vehículo lo antes posible.
ADVERTENCIA
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Nunca conduzca por aguas más profundas que la parte inferior de la llanta de
la rueda.
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La entrada de agua en el motor puede causar que se bloquee, se detenga, o
genere daños internos graves.
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El agua puede eliminar la grasa del cojinete de la rueda, causando una
oxidación y abrasión prematura.
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Conducir a través del agua puede causar daños a los componentes del grupo
motorpropulsor de su vehículo. Inspeccione visualmente siempre los fluidos
de su vehículo (por ejemplo, el aceite del motor, el aceite de transmisión, etc.)
después de conducir a través del agua. No vuelva a utilizar el vehículo si hay
fugas de líquidos, ya que esto podría resultar en daños mayores.
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La tracción y el rendimiento de frenado del vehículo se reducirán durante la
conducción a través del agua. La distancia de frenado se incrementará. La
arena y el lodo que se hayan acumulado alrededor de los discos de freno
podrán afectar a la eficacia de frenado y podrá dañar los componentes del
sistema de frenado. Después de conducir a través del agua, pise el pedal del
freno varias veces para secar los frenos.
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