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Sin embargo, debido a la contaminación actual del aire ambiente, se recomienda
un control y un servicio regulares de la pieza. El péndulo Atmos® reconcilia a
los amantes de las prestaciones técnicas y a los que prefieren la sobriedad de
las formas e incluso las proezas artesanales. En este sentido no ha cambiado
nada. Ningún péndulo Atmos® puede eludir las cinco semanas de controles ni
los últimos ajustes que concluyen el trabajo de los maestros relojeros de Jaeger-
LeCoultre. Emblema de una técnica relojera única, el péndulo Atmos marca con
distinción el tiempo de hombres de estado y de numerosos soberanos, puesto
que en Suiza, país único en el mundo por la perfección de sus relojes, es tradición
ofrecer a los anfitriones más importantes esta obra de arte de la relojería helvética.
Así es desde hace décadas y así fue en el caso de J. F. Kennedy, Winston Churchill,
el general De Gaulle y Charlie Chaplin, entre otros.
Atmos
, el péndulo que vive del aire del tiempo
®
Las variaciones de temperatura son su fuente de energía. El volante oscilará
mientras brille el Sol.
El aumento de la temperatura dilata la mezcla gaseosa atrapada en la cámara
de expansión que comprime el muelle de armado. En caso de descenso de la
temperatura, se produce el efecto contrario: el gas se contrae y el muelle se
descomprime. Este movimiento imperceptible de vaivén basta para remontar el
péndulo Atmos®.
Sin pila, sin corriente, sin cuerda.
Preciso y silencioso.
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