por difusión, y su presencia se detecta como una corriente eléctrica. Las partículas
restantes alcanzan una segunda etapa, la etapa de filtrado, donde también se mide
la corriente eléctrica. La relación entre ambas corrientes es un indicador del tamaño
promedio de las partículas y se determina durante la calibración del instrumento.
Dado que la carga por partícula es una función del diámetro de la partícula, una vez
se conoce este dato se puede calcular el número de partículas a partir de la corriente
total y del caudal.
Figura 2: Esquema del sensor de partículas DiSC
5.1.2. Termodilución
La Figura 3 es una representación esquemática de la concentración másica de un
compuesto volátil frente a la temperatura del gas del entorno. En el tubo de escape,
se reduce la temperatura del gas de escape bruto (trayecto A → B). Durante este
enfriamiento, el compuesto atraviesa su punto de rocío y condensa formando nano-
gotas (curva N). Una dilución posterior (B → F) reduciría la concentración del núme-
ro de gotas, pero no sería capaz de evaporarlas debido a un efecto de histéresis en-
tre la nucleación y la evaporación.
Una estrategia para evitar la formación de nanogotas consiste en muestrear directa-
mente los gases de escape calientes, en combinación con una dilución en caliente
(A → D). Si el factor de dilución es suficiente, los compuestos volátiles no nuclearán
durante el enfriamiento posterior (D → F), aunque se alcance el mismo estado final
que a través del muestreo directo y la dilución (A → B → F). En cualquier caso, en
algunas aplicaciones no es posible muestrear directamente los gases de escape ca-
lientes, y las muestras de gas tomadas a la salida del tubo de escape (B) ya presen-
tan nanogotas. En dichos casos, la muestra de gas diluido (C) debe calentarse por
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