Extraflame TERMOCOMBI TC 30 Manual Del Usuario página 18

Calderas de pellet y leña de llama invertida
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Capítulo 2
En una caldera "de llama invertida", llamada también caldera "de gasifi cación total", la combustión tiene
lugar con un sistema completamente diferente, capaz de evitar casi completamente los inconvenientes
descritos precedentemente.
El aire quemador, dividido en primario y secundario, se introduce mediante un ventilador que, si se conecta
inmediatamente delante del tubo de descarga de humos (CALDERA ASPIRADA) pondrá en depresión la
cámara de carga, absorbiendo los humos mediante una ranura que se abre en el fondo de la misma.
El funcionamiento es el siguiente: la leña directamente en contacto con las brazas se calentará
inmediatamente, desarrollando un gas por el fenómeno de la pirólisis, el aire primario introducido por
el ventilador mediante las aberturas apropiadas, fi ltrará a través de los pedazos de leña cargados, hasta
alcanzar las brazas, encendiendo estos gases y determinando su combustión parcial; de esta manera se
obtendrá una llama compuesta esencialmente de óxido de carbono, que es un gas combustible.
El aire secundario (siempre introducido por el ventilador) alcanza la llama cuando pasa a través de la fi sura
que comunica la cámara de carga con la cámara inferior, y completa su combustión.
Durante esta fase se tiene un aumento notable de temperatura de la llama, que puede superar los 1100 °C,
permitiéndole quemar completamente todas las sustancias que en un sistema tradicional
permanecerían parcialmente sin quemar; además, el exceso de aire necesario será muy reducido (alrededor
de 20 – 30 %) contra más del 100% necesario en los otros sistemas, limitando así las pérdidas por calor
sensible en los humos.
Por el contrario, en la cámara superior casi no habrá llama, ya que el ventilador la obliga a introducirse en la
ranura central, por tanto, la llama no envuelve la cascada de madera, y esta no se enciende como sucedería
en un sistema tradicional.
La leña se consume solo cuando se apoya sobre la braza que se ha quedado de la combustión precedente,
por tanto (en línea puramente teórica) la cascada podría tener una altura indefi nida, siempre que la caldera
continúe funcionando conectada a una instalación que absorba toda su potencia sin interrupciones.
Esta situación, en realidad, se manifi esta solo en casos rarísimos, por tanto, la capacidad de carga se limita
para permitir solo algunas horas de funcionamiento.
Aumentando aún más la autonomía se provocarían notables inconvenientes ya que, a un cierto punto, una
vez que ha cesado la solicitud de calor por parte de la instalación térmica, la caldera se debería detener para
evitar la ebullición, apagando el ventilador que introduce el aire quemador; pero incluso con el ventilador
detenido, la leña que se ha quedado en la caldera tendería a encenderse hacia arriba desarrollando una
cierta cantidad de gases, que permanecerían incombustos depositando así las sustancias menos volátiles
en el interior del compartimiento de carga y en las superfi cies recorridas por los humos, formando
incrustaciones de alquitrán, que en algunos casos, pueden obstruir los pasajes de los humos.
La leña se consumiría de igual manera sin que se utilice su poder calorífi co, provocando una reducción
drástica del rendimiento total de la caldera; además la humedad de los humos permanecería en buena
parte dentro de la caldera condensando y provocando su corrosión a largo plazo.
Por estas razones el dimensionamiento se debe realizar correctamente, para evitar largos períodos de
pausa que, como habíamos visto, provocarían notables inconvenientes.
Por ninguna razón se debe SOBREDIMENSIONAR la caldera respecto a la necesidad de la instalación.
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EL COMBUSTIBLE
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