2
Lave la junta tórica.
Lave minuciosamente la junta tórica con agua dulce y séquela
exhaustivamente. No utilice benceno, diluyente, alcohol, jabón,
detergentes neutros ni otros productos de limpieza, ya que
podrían dañar o debilitar la junta tórica.
3
Inspeccione la junta tórica.
Retire la materia extraña con un paño
suave y seco, teniendo cuidado de no
dejar papel o fibras en la junta tórica.
Doble suavemente la junta tórica para
comprobar si existen grietas u otros
daños.
P
4
Inspeccione la guía de la junta tórica.
Utilice una perilla o un hisopo de
algodón para eliminar cualquier objeto
extraño de la guía de la junta tórica.
Asegúrese de extraer las fibras que deje
tras de sí el hisopo.
5
Engrase la junta tórica.
Coloque una gota de grasa de silicona
en una bolsa de plástico y use sus dedos
para esparcir la grasa por la bolsa (q), a
continuación introduzca la junta tórica y
masajee la bolsa para cubrir la junta (w).
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