Tabla de contenido
Las indicaciones terapéuticas para el uso del Ozono están fundamentadas en el conocimiento
de que bajas concentraciones de Ozono pueden desempeñar funciones importantes dentro de
las células.
Las vías de aplicación descritas son seguras, probadas y son el resultado de muchos años de
experiencia y de investigaciones (DECLARACIÓN DE MADRID, 2010).
El Ozono es un gas con acción bactericida, fungicida y cicatrizante. Su administración para uso
terapéutico es de bajo costo de inversión y mantención, además de ser fácil su aplicación.
Existen relatos e indicativos de experiencias clínicas acumuladas, a lo largo de casi un siglo, en
diversos países, con registros de posibles resultados clínicos importantes.
Las concentraciones y el tiempo de aplicación del Ozono deben estar de acuerdo con las
afecciones a ser tratadas, y pueden desempeñar funciones importantes dentro de las células.
Se ha demostrado que existen diferentes mecanismos de acción para diferentes
concentraciones, manteniendo, aun así, un amplio margen de seguridad. Por eso, actualmente
son aceptadas concentraciones terapéuticas que varían de 5 – 60 µg/ml.
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Atención:
La inhalación de Ozono NO ES UN PROTOCOLO DE TRATAMIENTO.
Es importante mantener siempre ventilado el local o ambiente de trabajo para que no haya
acumulaciones de Ozono e inhalaciones intensas o continuas.
El gas Ozono nunca debe ser olido.
El ozono puede ser tóxico y causar daños en los pulmones si se inhala en dosis inadecuadas.
La siguiente tabla informa los posibles síntomas y consecuencias de acuerdo a las
concentraciones inhaladas.
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