Samsung SCH-r610 Serie Manual Del Usuario página 174

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embargo, unos cuantos estudios en animales han indicado que niveles bajos de
radiofrecuencia podrían acelerar el desarrollo de cáncer en animales de laboratorio. No
obstante, en muchos de los estudios que indicaron un aumento en el desarrollo de
tumores se usaron animales cuya genética se había alterado o se les había tratado con
sustancias químicas cancerígenas para que estuvieran predispuestos a padecer
cáncer sin exponerse a radiofrecuencia. En otros estudios se expuso los animales a la
radiofrecuencia por hasta 22 horas al día. Estas condiciones no se asemejan a las
condiciones bajo las que las personas usan los teléfonos móviles, de manera que no
sabemos con certeza lo que los resultados de esos estudios significan para la salud
humana.
Se han publicado tres grandes estudios epidemiológicos desde diciembre del 2000.
Entre estos tres estudios se investigó toda asociación posible entre usar teléfonos
móviles y el cáncer cerebral primario, glioma, meningioma o neuroma acústico,
tumores del cerebro o las glándulas salivales, leucemia u otros tipos de cáncer. En
ninguno de estos estudios se demostró que exponerse a la radiofrecuencia de
teléfonos móviles causara efecto dañino alguno a la salud. Sin embargo, ninguno de
los estudios puede contestar las dudas acerca de exponerse durante largo plazo, ya
que el período promedio de uso del teléfono en estos estudios fue de
aproximadamente tres años.
¿Qué tipo de investigación se necesita para decidir si
exponerse a la radiofrecuencia de teléfonos móviles
representa un peligro para la salud?
Una combinación de estudios de laboratorio y estudios epidemiológicos de personas
que utilizan teléfonos móviles proporcionaría algunos de los datos necesarios. En
pocos años podría estudiarse la exposición en animales durante toda su vida. Sin
embargo, se necesitarían grandes cantidades de animales para suministrar prueba
confiable de la existencia de efectos cancerígenos, si es que los hay. Los estudios
epidemiológicos podrían suministrar datos que pueden aplicarse directamente a las
poblaciones humanas, pero para resolver las dudas sobre ciertos efectos para la salud,
como cáncer, podrían necesitarse diez años o más de seguimiento. Esto se debe a que
el intervalo entre cuando sucede la exposición a un agente cancerígeno y cuando
aparecen los tumores -si es que aparecen- podría ser de muchos, muchos años. La
interpretación de estudios epidemiológicos se ve obstaculizada por los problemas para
medir la exposición real a la radiofrecuencia durante el uso cotidiano de los teléfonos
móviles. Son muchos los factores que afectan esta medición, como el ángulo en que
se sostiene el teléfono o el modelo de teléfono que se usa.
¿Qué está haciendo la FDA para averiguar más sobre los
posibles efectos a la salud ocasionados por la
radiofrecuencia de los teléfonos móviles?
La FDA está trabajando con el Programa Nacional de Toxicología de los Estados Unidos
y con grupos de investigadores alrededor del mundo para garantizar que se realicen
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