No puede ser
ni incómodo ni superfluo leer las instrucciones de
servicio y guiarse por ellas, pues no basta con
escuchar de otros y ver que una máquina es buena,
comprarla y creer que de ahí en adelante todo
funcionará por sí solo. El responsable no sólo se
haría un daño sino también cometería el error de
buscar la causa de un eventual fracaso en la
máquina en vez de buscarla en sí mismo. Para
estar seguro del éxito debe compenetrarse con el
espíritu del objeto, es decir, informarse de cada
dispositivo de la máquina y adquirir práctica en
su manejo. Sólo entonces quedará satisfecho de la
máquina y de sí mismo. Lograr esto es el objetivo
de estas instrucciones de servicio.
Leipzig-Plagwitz 1872.
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