Aspectos básicos de la combustión de madera
La madera recién talada tiene una humedad del 100 %. Su almace-
namiento a lo largo de un verano reduce la humedad a aproximada-
mente el 40 %. Si se almacena durante varios años, la humedad res-
tante es de aprox. un 25 %.
El diagrama muestra la dependencia del poder calorífico respecto al
contenido en agua, tomando como ejemplo la madera de pícea. Con-
siderando un contenido de agua del 20 % (humedad del 25 %), el
poder calorífico es de 4,0 kWh/kg.
El poder calorífico de la madera secada durante varios años es casi
el doble del poder calorífico de la madera recién talada.
Almacenamiento
La combustión de madera húmeda no solo es poco rentable, sino que
también provoca elevadas emisiones contaminantes, así como sedi-
mentaciones de alquitrán en la chimenea debido a las bajas tempe-
raturas de combustión.
1.2 Combustibles
La caldera solo es apta para la combustión de leña troceada sin tratar.
La longitud ideal de los trozos de leña es de entre 45 y 50 cm. No se
deben quemar combustibles como virutas finas, carbón fino, coque,
astillas, briquetas o residuos forestales. Si se utilizan trozos más
pequeños, estos han de ser apilados sin dejar huecos. Los trozos de
25 cm de longitud pueden introducirse verticalmente unos detrás de
otros. Los trozos que tengan una longitud de 33 cm no pueden ser
apilados sin dejar huecos y, por lo tanto, no deben ser utilizados, ya
que su empleo reduce la potencia de la caldera y aumenta el riesgo
de combustión irregular producida por los huecos.
La potencia térmica útil de la caldera solo se alcanza con madera
seca, con un contenido máximo de agua del 20 % o una humedad
máxima del 25 % (madera secada al aire).
Para el funcionamiento con madera blanda se requiere aprox. el
44 % más de volumen para alcanzar la misma cantidad de energía
que en el funcionamiento con madera dura.
Leña de calidades inferiores y humedad más alta reducen la potencia
térmica útil y la duración de la combustión.
Para la combustión es importante utilizar madera partida. La forma de
partir la leña,– preferiblemente justo después de la tala del árbol–,
contribuye de manera decisiva a mejorar el proceso de combustión.
El aumento de la superficie facilita y agiliza la desgasificación de la
madera. Además, seca más rápido la madera partida.
VITOLIGNO 100-S
(continuación)
Indicaciones para el almacenamiento de madera
■ Partir los troncos de madera a partir de un diámetro de 10 cm.
■ Apilar la leña en un lugar ventilado, a ser posible soleado, y prote-
gido de la lluvia.
■ Apilar la leña dejando espacio suficiente entre la misma, de manera
que la corriente de aire pueda llevarse la humedad.
■ En la parte inferior de la pila de leña debe haber un hueco, p. ej. en
forma de travesaño, para facilitar la evacuación del aire húmedo.
■ No almacenar la madera fresca en el sótano, ya que para el secado
son necesarios el aire y el sol. En cambio, sí se puede almacenar
la madera seca en un sótano ventilado.
Medidas de leña recomendadas
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VIESMANN
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