• Cierre el grifo de agua después de cada
lavado para eliminar el riesgo de pérdidas.
• Desenchufe el aparato antes de limpiarlo y
durante los trabajos de mantenimiento.
• La superficie externa y el panel de control se
pueden limpiar con un paño empapado en
agua tibia y jabón. No utilice disolventes ni
productos abrasivos.
• Se pueden eliminar las manchas de la cuba
interna con un paño empapado en agua y un
poco de vinagre.
• Deje siempre semicerrada la puerta para evitar
la estancación de humedad.
• Limpie regularmente las juntas perimétricas de
la puerta y de las cubetas de detergente con
una esponja húmeda. De este modo se
evitarán estancamientos de comida que son
los principales responsables del mal olor.
Puede suceder que
algunos residuos de
comida se adhieran a
los brazos rociadores
y obstruyan los
orificios por los que
debe salir el agua:
cada tanto es
importante controlarlos
y limpiarlos con un
cepillo no metálico.
Los filtros eliminan del agua de lavado los residuos
de alimentos y la reciclan: para obtener buenos
resultados en el lavado, es necesario limpiarlos.
Limpie los filtros regularmente.
Después de la limpieza, verifique que el grupo
filtrante esté correctamente colocado.
El lavavajillas no se debe utilizar sin filtros.
1. Extraiga los filtros tirando el mango hacia arriba.
2.
Limpie los filtros:
C
1
2
A
B
C
B
A
3. Vuelva a montar el grupo filtrante y colóquelo en
su asiento siguiendo los movimientos 1 y 2
indicados en la figura, hasta el enganche.
• Haga un lavado en vacío.
• Desconecte el aparato de las conexiones
eléctricas e hidráulicas.
• Deje la puerta semicerrada.
• después de cada
lavado elimine del
plato semicircular A y
del vaso B (se extraen
tirando del mango) los
residuos más grandes
y enjuáguelos con
agua corriente.
• una vez al mes
limpie
cuidadosamente todo
el grupo filtrante: plato
semicircular A, vaso B
y filtro cilíndrico C (se
extrae girándolo en
sentido antihorario).
Para la limpieza utilice
un cepillo no metálico.